Iglesia de los Dominicos

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A pesar de haber sufrido una serie de incendios, la iglesia de los Dominicos esconde varios tesoros de arquitectura y arte, huellas de pudientes familias cracovianas y gremios de artesanos, así como objetos de culto.

Antiguamente, se encontraba aquí la iglesia parroquial de la Santa Trinidad de estilo románico. Cuando en 1222 los dominicos llegaron a Cracovia, se les regaló aquella antigua iglesia y la parroquia se trasladó a la iglesia de Santa María. Debido a las destrucciones provocadas por la invasión tártara, a mitad del siglo XIII empezó la construcción de una nueva iglesia de estilo gótico. En 1462, la iglesia sufrió un enorme incendio que, según cuenta la leyenda, fue provocado accidentalmente por los propios dominicos que se dedicaban a la alquimia y a otras ciencias ocultas como la fabricación de oro. En los siglos siguientes, las naves y el presbiterio se ampliaron con una serie de capillas erigidas por gremios de artesanos cracovianos o destinadas a familias fundadoras de la iglesia. La capilla renacentista de San Jacinto representa un verdadero adorno del templo y está inspirada en la capilla de Segismundo de Wawel. Hay muchas leyendas relacionadas con el santo que inició la actividad de los dominicos en Cracovia: se dice, por ejemplo, que el monje sabía darle al agua una fuerza curativa o expulsar demonios de cuerpos poseídos. Hay quien dice que a veces en las proximidades de la iglesia se pueden oír gemidos y aullidos de los demonios expulsados hace siglos.

El trágico incendio que en 1850 provocó considerables daños en toda la ciudad le afectó también a la iglesia de los dominicos. Después de la reconstrucción, el templo ganó un atrio pórtico ornamentado con adornos vegetales, así como una portada gótica original. En el interior, se ha conservado, por ejemplo, la lápida sepulcral tardo-gótica fundida en bronce, procedente de la tumba del humanista Filip Kallimach (profesor de los hijos del rey Kazimierz Jagiellończyk), diseñada por el creador del altar de la basílica de Santa María, Veit Stoss.

En la galería adyacente a la iglesia, que se remonta al siglo XIV, se colocó una serie de retratos de obispos de la orden de los dominicos, así como algunos epitafios del cementerio que había antiguamente al lado del templo. Se dice que en el monasterio hay un pozo en el que aparecen almas que sufren en el purgatorio y que piden que se rece por ellas.

Véanse también:

  • las galerías con vestigios de la arquitectura del siglo XIII, el refectorio con una cripta tardo-románica
  • las capillas góticas, renacentistas y barrocas; vale la pena ver sobre todo las capillas tardo-renacentistas de San Jacinto y de la familia Myszkowscy
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