Plaza Matejki

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El nombre de la plaza se debe a la concesión del título de Ciudadano de Honor de Cracovia al pintor Jan Matejko. Fue un homenaje excepcional a este gran artista, ya que muy pocas veces ocurre que alguien se convierta en el patrón de un lugar público durante su vida.

Ya a mediados del siglo XIX, la actual plaza Jana Matejki junto con la plaza Rynek Kleparski formaban un mercado enorme que constituía la principal plaza comercial de la ciudad independiente de Kleparz (que hoy en día es uno de los distritos de Cracovia). El mercado fue dividido como resultado de la construcción de dos edificios monumentales: la sede de la Dirección de Ferrocarriles Nacionales y la Academia de Bellas Artes. De esta manera, se creó la entrada norte a la ciudad que ofrece un panorama impresionante de las murallas defensivas de Cracovia, con la Barbacana en primer plano, a los que vienen a la ciudad desde la dirección de Varsovia. El nombre de la plaza fue resultado de la concesión del título de Ciudadano de Honor de Cracovia al pintor Jan Matejko. Fue un homenaje excepcional, ya que muy pocas veces ocurre que alguien se convierta en el patrón de un lugar público durante su vida.

El elemento central de la plaza es el monumento de Grunwald que conmemora el 500 aniversario de la batalla en la que los ejércitos polaco y lituano vencieron a las tropas de la Orden Teutónica. El monumento de Grunwald, o más bien el monumento ecuestre del rey polaco Vladislao II Jagellón, fue erigido en 1910 para dar "Gloria a los progenitores: ánimo para los hermanos", según leemos en el zócalo de la estatua. En aquellos tiempos, a principios del siglo XX, Polonia no existía como estado y en Cracovia dominaba el ocupante: el Imperio austrohúngaro. La estatua fue fundada por Ignacy Jan Paderewski, pianista de fama internacional. La construcción del monumento se realizó en secreto: ni siquiera el propio escultor, Antoni Wiwulski, conocía el destino del proyecto en el que estaba trabajando. La inauguración del monumento se celebró el 15 de julio de 1910 y fue el punto central de la conmemoración del 500 aniversario de la batalla de Grunwald, convirtiéndose en una manifestación del patriotismo respaldada por casi 150.000 de personas. Ignacy Jan Paderewski, que financió la construcción del monumento, pronunció estas palabras ante la muchedumbre: ‟La obra que estamos apreciando no se creó a partir del odio. Nació de un profundo amor hacia la Patria, percibida no solo en su pasada gloria y su impotencia actual, sino en su futuro luminoso y fuerte”.

El monumento está compuesto por el zócalo y la escultura del rey Vladislao II Jagellón a caballo. En la pared frontal se encuentra la figura del gran duque de Lituania, Vitold, primo del rey Jagiełło, que en la batalla de Grunwald llevó el mando de las fuerzas lituanas. En los pies del pensativo Vitold se encuentra la escultura del gran maestro de la Orden Teutónica, Ulrich von Jungingen.

En otoño de 1939, los hitlerianos devastaron la estatua. Su reconstrucción y reinauguración solo se produjeron en 1976. En la escalera situada delante del zócalo se colocó la Tumba del Soldado Desconocido, dedicada a la memoria de los caídos en los frentes de la primera guerra mundial y de la guerra polaco-soviética. En la lápida colocada en 1925 se hallaba esta inscripción: ‟Al soldado polaco desconocido caído por su Patria 1914-1920”. La Tumba del Soldado Desconocido fue destruida durante la segunda guerra mundial, tal y como ocurrió con el monumento a la batalla de Grunwald, y reapareció en la Plaza de Matejko cuando se reconstruyó dicho monumento. Fue entonces cuando en su lápida se colocó también una vela conmemorativa de metal con los nombres de los lugares en los que, entre los años 1939 y 1945, lucharon y fallecieron soldados polacos.

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