Abadía de los Benedictinos en Tyniec

ul. Benedyktyńska 37

Hoy:

6:30-21:30
abierto

Antiguamente, Tyniec se encontraba a un día de camino desde Cracovia; actualmente podemos llegar allí en menos de una hora, yendo en autobús o eligiendo una bonita ruta ciclista. El encanto y sosiego de este lugar atrae a muchos turistas y peregrinos. Los monjes, por su parte, realizan su lema benedictino ora et labora en silencio y concentración...

El convento, situado en una colina de caliza, parece más bien una fortificación medieval que un templo. No es de extrañar: inicialmente, la abadía de los benedictinos en Tyniec desempeñaba también funciones defensivas. Probablemente 1000 años antes de la llegada de la Orden de San Benito, la zona de Tyniec había sido habitada por los celtas. Los primeros monjes llegaron aquí a mediados del siglo XI. Tyniec gozaba de los favores de los duques de Cracovia y, más tarde, también de los reyes polacos. Hay muestras de que en la Edad Media la abadía constituía una considerable fuerza económica; su abad era llamado frecuentemente el "abad de las cien aldeas".

En el siglo XIII, la abadía ganó sólidas fortificaciones, pero estas no la protegieron de las destrucciones —el complejo fue quemado durante la invasión tártara a las tierras polacas—. En los siglos XV y XVI, el convento entró en su época de esplendor. En los años posteriores, el complejo fue reconstruido a fondo y de aquellos tiempos data la característica fachada de dos torres. En 1816, cuando la zona estaba anexionada al Imperio austrohúngaro, los austriacos liquidaron la abadía y los benedictinos tuvieron que abandonar su convento. Desde aquel momento, las edificaciones tuvieron varios propietarios y empezaron a caer en ruina. Gracias a la intervención del obispo cracoviano, Adam Stefan Sapieha, en 1939 los benedectinos volvieron al convento (llegaron desde Bélgica). En 1945, el complejo desempeñó por última vez su función defensiva: las tropas alemanas se defendieron aquí del Ejército Rojo. Fue una batalla parecida a la de Montecassino.

El camino hacia la abadía pasa por el "castillo", es decir por la sede del abad construida en el siglo XVI. Enseguida, entramos en un patio espacioso en el que antiguamente el abad solía dar la bienvenida a sus eminentes huéspedes. Además, el complejo conventual cuenta con una biblioteca que fue entregada al uso en 2008, tras la reconstrucción de la llamada "Gran Ruina". Actualmente, el edificio alberga el Instituto Cultural Benedictino. En las salas de exposición podemos ver objetos antiguos: ejemplos de cantería románica y gótica o fragmentos de las arquerías procedentes de las galerías del convento. La iglesia de San Pedro y San Pablo que se encuentra en la zona del convento es una basílica de tres naves con mobiliario barroco. Entrando en la iglesia vale la pena fijarse en el primoroso picaporte de hierro en forma de pez – símbolo de Cristo.

Elementos de interés del mobiliario:

  • el presbiterio gótico,
  • el altar mayor de estilo rococó de mármol negro,
  • el púlpito barroco en forma de barca,
  • la policromía del siglo XVI con imágenes de los Reyes Magos.
Horario de apertura:
lun-dom 6:30-21:30
ul. Benedyktyńska 37
Acerca de: sin barreras, entrada libre
Para los cuales: para los niños
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