Leyenda sobre un músico pobre y sobre la Divina misericordia

¿Sabéis que esta leyenda cuenta con más de 400 años? Un papel importante desempeña aquí... un botín de oro.

En la iglesia de San Salvador en el distrito de Zwierzyniec se encuentra una pintura de 1605 con la que se relaciona una leyenda sobre la generosidad y la misericordia de Dios. La obra de Kasper Kurcz representa a Jesús vestido con una túnica larga y calzado con unos botines de oro. Uno de los zapatos se cae del pie de Cristo hacia un violinista pobre que está rezando delante de la cruz. La pintura se colocó en la iglesia en el mismo lugar en el que antes había un crucifijo románico que representaba a Jesús desnudo. Para darle más dignidad a la figura del Salvador, a la escultura se añadieron una túnica real, una corona de diamantes y un par de botines de oro.

A la iglesia venía muy a menudo un músico pobre que alababa a Dios tocando su violín. El Señor, viendo la miseria del devoto violinista, decidió ayudarlo. Le quitó uno de los botines de oro a la figura de Cristo y se lo arrojó a los pies del músico. Sin embargo, el pobre hombre tenía miedo de que alguien le acusara de haberlo robado. Entonces Dios puso el zapato de nuevo en el pie de Jesús. La siguiente vez que el violinista vino a la iglesia, esta estaba llena de gente. Cuando el músico empezó a tocar su instrumento, el botín volvió a caerse a sus pies y ya nadie podía dudar de su decencia. En el siglo XVII la cruz fue trasladada a Italia. En su lugar, se colocó la pintura de Jesús y del violinista que hasta el día de hoy atestigua la generosidad y la misericordia de Dios.

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