Es una leyenda viva del comunismo y un complejo arquitectónico representativo de la época en la que el Kremlin era gobernado por el camarada Stalin. Sin embargo, vale la pena ver Nowa Huta de una manera diferente y notar que es una ciudad bien diseñada y funcional, y que cuenta con una larga, a veces dramática, historia que se remonta a tiempos mucho más remotos que los años 40 del siglo pasado. En esta zona se descubrió el objeto de oro más antiguo de Polonia (un pendiente del año 2000 a. C., aproximadamente). En Nowa Huta se encuentra también una de las iglesias más antiguas de Cracovia y el misterioso montículo funerario de la hija del legendario fundador de la ciudad. Aunque socialista en su forma arquitectónica, Nowa Huta fascina por su rico legado histórico.

A Nowa Huta se puede llegar fácilmente en tranvía o en autobús (lo mismo para llegar de una parte del distrito a otra). Si tenéis hambre, podéis visitar el restaurante "Stylowa", abierto desde 1956, que os trasladará a la época del "esplendor del socialismo polaco".