La calle Floriańska

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Una de las calles más conocidas y representativas de Cracovia que lleva directamente al corazón de la ciudad: la Plaza Mayor. En la actualidad atrae a los visitantes con una gran variedad de tiendas, restaurantes y discotecas. Sin embargo, hace siglos pasaban por aquí solemnes procesiones de coronación y cortejos fúnebres de los reyes.

La calle Floriańska constituye una parte de la Vía Real, camino que llega hasta el castillo real de Wawel. La calle tiene su inicio en la Puerta de San Florián. Su nombre (que permanece sin cambios desde hace 700 años) proviene de la advocación de la iglesia de San Florián. Fue una de las primeras calles empedradas de Cracovia. A finales del siglo XV la mayoría de las casas de la calle Floriańska estaba ya hecha de ladrillo. En aquel entonces vivían aquí sobre todo miembros de la nobleza y ricos burgueses. A finales del siglo XIX se introdujo la primera línea de tranvía de tracción animal, sustituida en breve por una línea eléctrica.

A pesar de que la mayoría de las casas en la calle Floriańska fuera reedificada (sobre todo a caballo entre los siglos XIX y XX), se han conservado muchos detalles que demuestran su origen antiguo, en muchos casos medieval. Caminando desde la Puerta de San Florián hacia la Plaza Mayor, vale la pena fijarse en cada una de las casas y notar ciertos detalles arquitectónicos:

Casa n.º 45 alberga la famosa Jama Michalika, lugar de encuentros de artistas del modernismo polaco (movimiento llamado también "La Joven Polonia"). En 1895 Jan Michalik, pastelero proveniente de Leópolis, abrió en este lugar su Pastelería Leopoliense. Muy pronto los habitantes de Cracovia empezaron a llamarla "Jama Michalika" ("Cueva de Michalik"), olvidándose de su nombre original. En los años 1905-1907 los artistas de la Joven Polonia crearon aquí el primer cabaré literario-artístico de Cracovia, llamado "Globo Verde". Como los espacios de la pastelería no tenían ventanas, los artistas vinieron con el nombre "Jama Michalika" que se utiliza hasta hoy en día. Las paredes de la cafetería están decoradas con pinturas, dibujos y caricaturas de los artistas relacionados con el cabaré; en las vitrinas se pueden ver títeres procedentes de sus espectáculos.

Continuando el paseo, a la izquierda veremos una casa estrecha (n.º 41). Es la antigua casa de Jan Matejko, el pintor histórico más famoso de Polonia. Actualmente aquí se encuentra un museo en el que podemos ver objetos de recuerdo personales, documentos, fotografías, piezas de oro de la colección del artista, así como numerosas pinturas, esbozos y una colección militar. Un objeto excepcional es el conjunto de herramientas del verdugo, encontradas en sótanos del ayuntamiento.

En la casa n.º 25 se encuentra el Museo de Farmacia de la Universidad Jaguelónica, el más grande de Polonia y uno de los pocos museos de este tipo en todo el mundo. En salas de exposición se ha reproducido el aspecto interior de las farmacias del siglo XVI/XVII, así como de farmacias de estilo empire, biedermeier, neoclásico y neobarroco. En una de las salas se reconstruyó el despacho del inventor de la lámpara de queroseno, Ignacy Łukasiewicz, que cuenta también con una colección de lámparas del siglo XIX.

En la casa de enfrente, n.º 14, está ubicado el hotel más antiguo de la ciudad, fundado a eso del año 1800, el Hotel Pod Różą ("Bajo la Rosa"). En este hotel se alojó una vez el compositor Franz Liszt. Sin embargo, no es cierta la información que se anuncia en la placa conmemorativa de que hubiera pernoctado aquí Honoré de Balzac. La verdad es que el famoso escritor francés se alojó en una de las posadas más baratas de Stradom.

Vale la pena fijarse también en la casa Pod Matką Boską ("Bajo la Virgen María") (n.º 7) y en la bonita figura tardo-renacentista de la Virgen con el Niño. En el interior del edificio se encuentran portadas tardo-góticas, conservadas en buen estado.

En la esquina de la calle Floriańska y de la plaza Mariacki se encuentra la casa Pod Murzynami” ("Bajo los Negros") (n.º 1). Su nombre se debe al bajorrelieve de dos Negros, que hace también referencia a la farmacia que funcionaba aquí en el siglo XVI que llevaba el nombre Ad Aethiopes (es decir, "Bajo los Negros"). Junto a esta casa, los concejales municipales solían erigir un arco triunfal para celebrar las procesiones de coronación que pasaban por debajo.

Acerca de: sin barreras, wi-fi, entrada libre
Para los cuales: para los niños
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