Monumento al Perro Dżok
Bulwar Czerwieński
La historia del Dżok versa sobre un perro negro, de raza mixta, cuyo dueño falleció de un ataque al corazón cerca de la rotonda Grunwaldzkie. En los meses posteriores, el perro estuvo esperando fielmente a su dueño, mientras que los habitantes de Cracovia le daban de comer. Tras aproximadamente un año de espera, dejó que lo adoptase una nueva dueña y, cuando ella falleció, el animal se escapó y anduvo vagabundeando por zonas de ferrocarriles, donde murió atropellado por un tren en marcha.
La escultura realizada por el artista cracoviano Bronisław Chromy fue inaugurada en 2001 por un pastor alemán, llamado Kety. La inscripción en el monumento reza: "Perro Dżok. El más fiel de los fieles, símbolo de la fidelidad canina. Durante un año /1990-1991/ estuvo esperando en la rotonda Grunwaldzkie a su dueño, fallecido en ese mismo lugar".
Dicha historia se mereció dos libros: Dżok: la leyenda más reciente de Cracovia de la autora Lidia Garczyńska y Dżok. La leyenda de la fidelidad canina de Barbara Gawryluk, así como un poema narrativo escrito por Karol Kozłowski, «Perro Dżok. El más fiel de los fieles».