Iglesia de los Bernardos
ul. Bernardyńska 2
No todos saben que esta humilde iglesia situada a los pies de Wawel se convirtió en el origen del nombre "bernardos", que se utiliza hoy en día comúnmente para referirse a monjes de la Orden de Frailes Menores de la Común Observancia.
Los primeros bernardos de Cracovia fueron discípulos del severo predicador y observante franciscano, San Juan Capistrano, que durante su visita a la ciudad a mitad del siglo XV predicó una serie de sermones ardientes contra el pecado y la lujuria. El nombre "hermanos de San Bernardo" (de forma abreviada: bernardos, por la advocación de la iglesia) se creó cuando surgió la necesidad de diferenciar a los "nuevos" franciscanos de los que ya estaban en la ciudad.
La primera iglesia de estilo gótico fue destruida por completo durante la invasión sueca. La iglesia actual, de barroco temprano (siglo XVII), está coronada por una cúpula que es bastante baja a propósito para no superar en altura que la fachada del templo. Esta solución se justificó por razones estratégicas: un posible ataque de la artillería desde Wawel podría destruir los elementos de la construcción demasiado expuestos.
Vale la pena ver sobre todo la capilla de Santa Ana y la enorme pintura (203 x 253 cm) que representa la danza de la muerte. En su centro, vemos un círculo de mujeres de diferentes posiciones sociales, de emperatriz a campesina, que bailan juntas cogidas de las manos con esqueletos. Les acompañan representaciones de la crucifixión, el juicio final, el paraíso y el infierno. Todo el conjunto está enmarcado con catorce medallones que representan a personajes masculinos procedentes de diferentes clases sociales, también dirigidos por esqueletos. La creación de la danza macabra cracoviana se data en la segunda mitad del siglo XVII y su autoría se le atribuye al pintor bernardino, Padre Franciszek Lekszycki.
Véase también:
- el retablo-mausoleo de San Simón de Lipnica, monje bernardino que fue víctima de una epidemia durante la cual ayudaba a los enfermos; los monjes guardan hasta el día de hoy su abrigo —se cree que tiene poderes curativos—
- la escultura de la Virgen, Santa Ana y el Niño realizada en el taller de Wit Stwosz y la figura del Cristo Doliente (dos tallas que se han conservado del mobiliario original de la iglesia)
- las vidrieras en la capilla de San Simón de Lipnica, obra de Józef Mehoffer