Leyenda sobre las palomas encantadas
En la Plaza Mayor de Cracovia hay miles de palomas... Sin embargo, no son unas palomas ordinarias, ¡sino encantadas!
Cuando en el siglo XIII llegó al poder el duque Enrique IV de Breslavia, deseaba unificar bajo su bandera todas las tierras polacas y anunciarse rey del país. Sin embargo, el soberano no tenía bastante dinero como para emprender esta campaña, así que acudió a la ayuda de una bruja. Esta convirtió a todos sus caballeros en palomas. Los pájaros rodearon la iglesia de Santa María y empezaron a picar en los ladrillos de los muros. Los fragmentos de piedra, al caer al suelo, se convertían en monedas de oro. El alegre y enriquecido duque se marchó a Roma para pedir al papa que apoyara su proyecto. No obstante, en su camino hacia Italia festejó y se entretuvo tanto, que nunca llegó a Roma. Tampoco volvió a Cracovia, así que sus leales caballeros siguen esperándolo, convertidos en palomas...