Leyenda sobre el Lajkonik
Una vez al año en las calles de Cracovia aparece un invasor tártaro. Durante su pintoresco desfile por la ciudad le acompañan centenas de espectadores que no solo no intentan luchar con él, ¡sino que incluso desean que les dé un golpe con su bastón!
El Lajkonik —llamado también El Tártaro o el Caballo de Zwierzyniec— constituye uno de los símbolos de la ciudad. El Desfile del Lajkonik es una tradición que se cultiva en Cracovia desde hace siglos. Se celebra cada año, ocho días después del Corpus Christi.
Le leyenda relacionada con el personaje del Lajkonik se remonta a los acontecimientos del año 1287. En aquel año, Cracovia se vio sorprendida por un ataque de las tropas tártaras. Los invasores se acercaron a la ciudad sin ser percibidos. Resolvieron pernoctar en las orillas del Vístula, en la aldea de Zwierzyniec y disponerse a atacar al día siguiente. No obstante, los barqueros del Vístula notaron su presencia. Asaltaron a los tártaros cuando estos estaban durmiendo y, de este modo, salvaron la ciudad del saqueo. Enseguida, los barqueros se disfrazaron con trajes asiáticos y, montando a los caballos conquistados, entraron en la ciudad. Primero los habitantes se quedaron aterrorizados, pero en breve entendieron la broma y su temor se convirtió en una gran alegría. El alcalde de Cracovia decidió conmemorar este acontecimiento: cada año un barquero se disfrazaría del kan tártaro y, acompañado de otros barqueros, efectuarían un solemne desfile por las calles de la ciudad. Actualmente, durante la parada tradicional que conduce desde Zwierzyniec hasta la Plaza Mayor, el Lajkonik toca a los espectadores con su bastón —¡se dice que sus golpes traen suerte!—.