Las abombadas cúpulas de madera y una clara división entre el presbiterio, la nave y una considerbale torre, bajo la que se esconde el espacio destinado a las mujeres (efectivamente, hasta el s. XVIII en las iglesias ortodoxas las mujeres tuvieron prohibido entrar en la nave en la que se celebraba algún oficio religioso): dichas características, típicas para los templos de los lemkos, fueron el origen de la distinción de la iglesia ortodoxa del Arcángel San Miguel con la inscripción en 2013 en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. A finales del s. XVIII, en la época en la que fue levantada en el lugar de los templos anteriores, se ubicaba junto a una ruta muy frecuentada con destino a Hungría. Hoy en día, las carreteras principales no transcurren por dicha zona; no obstante, merece la pena acudir a Brunary Wyżne para visitar su templo (actualmente utilizado como iglesia parroquial católica romana), que se encuentra en un cerro del valle del río Biała. En su interior pueden admirarse antiguos tesoros: fragmentos de la policromía original, un iconostasio barroco, un ambón con pinturas del s. XVIII o un banco rococo con decoración pintada.

Dicha iglesia ortodoxa forma parte de la Ruta de la Arquitectura de Madera de Małopolska.