Leyenda sobre el Dragón de Wawel
Érase hace mucho tiempo un dragón que vivía en la colina Wawel y aterrorizaba a los habitantes del país de Krak. Los pobres cracovianos tenían que darle ofrendas de ganado. Otras versiones de la misma leyenda dicen que la bestia se alimentaba solamente de mujeres vírgenes.
Según la famosa leyenda, el Dragón de Wawel —un monstruo que habitaba la cueva en la colina de Wawel— aterrorizaba a los habitantes del país de Krak. Los pobres cracovianos tenían que darle ofrendas de ganado. Otras versiones de la misma leyenda dicen que la bestia devoraba solamente a mujeres vírgenes. Muchos caballeros intentaban vencer al dragón, pero al final lo consiguió el modesto zapatero Skuba. El chico colocó una oveja llena de azufre en la entrada de la gruta del dragón. Cuando el monstruo sintió hambre, se comió la oveja y de este modo cayó en la trampa preparada por Skuba: el azufre le provocó a la bestia un gran dolor de la garganta y fue quemando sus entrañas. A fin de apagar su sed atroz, el dragón se puso a beber agua del Vístula. Bebió tanto que, al final... ¡explotó! Entonces comenzó la alegría en el país y el héroe obtuvo del rey un premio muy generoso. A los pies de la colina, junto a la entrada a la Cueva del Dragón, se colocó una escultura del monstruo que conmemora aquella magnífica victoria.